La banda con sede en Nashville representa en su música esa amplia paleta de influencias de la cultura americana en cuanto a influencias musicales se refiere, es decir el blues, los sonidos pantanosos, las canciones cantadas en el porche de una granja, las guitarras Slides, banjos acelerados y puntiagudos, las voces femeninas con carácter, el contrabajo que mira a los años 50’s, etc…. En todo un ejercicio de lo que podríamos llamar Alt-Country Por no hablar de su imagen, por los estilismos de sus miembros éstos podrían estar en bandas Hillbillies o directamente en los Lynyrd Skynyrd de los 70’s, o bien su personal femenino, comparada con Janis Joplin. No negaremos que el regusto a “Hipster” también les acompaña, aunque la banda tiene un largo recorrido, basta con buscar por Youtube la cantidad de vídeos en diferentes shows y tesituras en que se mueve la banda.
Por otra parte, pertenecen al sello Bloodshot Records, una seña de calidad para presentar los temas de su álbum de debut bajo el co-liderazgo de la voz oxidada de Timothy Steven Corey Parsons y la amable voz de Mary Beth Richardson’s. Habitualmente necesito más guitarra en los discos de raíces y me gusta que miren más al rock, en este caso la balanza se decanta algo más por las canciones con menos garra, pero éstas presentan un trabajo muy elaborado y tiene una aire que se retro alimenta en todo momento del pasado.
El álbum se abre mordiendo con “The Breeze”, que propone un ritmo trepidante de un banjo bajo la voz ácida a lo The Cramps, el Honky Tonk de “Waitin” podría ser otro ejemplo de los derroteros que toma un disco que después de unas cuentas escuchas se empieza a apreciar en su conjunto. En el otro lado tenemos los temas liderados por la voz femenina y que suponen un viaje a un pasado al estilo Rockabilly, si Jonn Waters hiciera una segunda parte de “Cry Baby”, muchos de esos temas podrían aparecer en el film. Basta con pegarle un vistazo a la portada del disco para ver calor todo lo comentado anteriormente.
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