El segundo álbum de la banda de Seattle Sandrider tiene pegada, la misma que en los 90’s tenían ya bandas clásicas a día de hoy como Snapcase, Helmet o Unsane, ya que se me antoja como influencias más directas las bandas de dicha década. Si bien los sonidos gruesos tiene cabida en sus temas y un cierto aire “Doom” puede abrazar ciertas composiciones, sin duda es el poso alternativo el que esta en todas ellas, y precisamente es eso lo que hace el disco más atractivo.
Esta claro, que no inventan nada y ni siquiera lo re-inventan, pero basándose en una contundente base rítmica, que da muy buen resultado aplicando repeticiones de melodías. Las mejores piezas, se encuentran en la cara “A” o primera mitad del disco, “Ruiner”, Castle” o “Tides” contienen todos los parámetros anteriormente indicados, y no es difícil imaginarse a la banda en un sudoroso club aplicando “Riffs” sobre un insistente “Headbanger” de todos los asistentes.
Puede que el nivel baje unos peldaños a la que avanza el disco, pero el trío esta a la altura, “Champions” o “Traveler” evidencian el nivel. Como dato curioso y que no se si tendrá algún tipo de significado, todos los temas solo incluyen una palabra en su titulo, vamos, muy directos.
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